Descripción
La controvertida actualización del director Adrian Lyne de la clásica meditación del novelista Vladimir Nabokov sobre la moralidad y la cultura moderna (que luchaba por encontrar un distribuidor debido a su tema prohibido: la obsesión erótica de un hombre con una niña de 12 años) se vio ensombrecida en 1998 por un La obra de Washington con la moralidad cuyas propias sutilezas humanas fueron relegadas a los márgenes por la política. Lo que no debe pasarse por alto es la magistral partitura de Ennio Morricone. Muchos de los recursos familiares del compositor están presentes – melodías majestuosas transmitidas por cuerdas elegantemente tristes, sutiles coloraciones electrónicas, escritura coral cromáticamente aventurera – pero presentados con tal matiz musical y delicadeza emocional que suena completamente original. El tema principal, contrastado con arpegios de piano que cambian sutilmente y cuerdas que brotan suavemente, es generado por fuentes electrónicas etéreas, casi intangibles, otra obra maestra inquietante de un compositor del que hemos llegado a esperar nada menos. “Requiescant”, otra pista destacada, retoma la inclinación de Morricone por la escritura coral, en este caso el coro de un niño en medio de un lavado a veces atonal y abrumador de cuerdas y electrónica; otro compositor podría ser tan atrevido, pero ninguno igualaría la apasionante emoción de il Maestro. eficacia. Para subrayar el período y los temas de la historia de finales de los años 40, se han incorporado varias pistas pop bien elegidas en la partitura de Morricone (incluida “I’m in the Mood for Love” de Vera Lynn, “Tain’t What You Do” de Ella Fitzgerald , La descabellada “Civilization [Bongo, Bongo, Bongo]” de Louis Prima) y ofrecen un contraste inesperado y divertido con los maravillosos esfuerzos del propio compositor. Una visita obligada para los amantes de Morricone.
